Hay momentos en la vida, en los que alguien te plantea una locura, y no te puedes resistir a decir ¡Sí quiero!, y eso, ni más ni menos, es lo que nos pasó con Edith. Ella, luchadora incansable, es un testimonio de que si el cáncer no acaba contigo, te hace más fuerte, más sabia, y te hace querer más, si cabe, a los tuyos.
Los 22 de mayo se han convertido en nuestro día especial por muchas razones, y fue un día 22 en el que Edith renovó sus votos matrimoniales con Carlos, dándole una gran sorpresa, y en el que revivieron y pudieron disfrutar de un día muy grande.
Edith, escogió un vestido de gasa, drapeado en el cuerpo, y con una espalda velada de morir, al que le añadimos mangas. Un vestido de novia, pero sobre todo un vestido de mucha fiesta, de mucho baile y mucha celebración. Para decorar el conjunto, encargamos un cinturón de orfebrería en oro viejo, y una preciosa peina a juego.
Volveríamos a participar en alguna de tus locuras con los ojos cerrados, volveríamos a vestirte de novia, a reírnos contigo, y a llorar, pero esta vez que sea de alegría.